miércoles, 10 de diciembre de 2008

Mi aventura de ser maestro


Es súper interesante la lectura “La aventura de ser maestro” ya que me identifiqué plenamente con el autor, cuando habla del miedo de impartir clases al inicio de ser docente, me reflejé tanto que me veía y recordé, precisamente, el hecho de que preparaba clases y al impartirla veía la hora y me angustiaba porque faltaba mucho tiempo para que concluyera y yo casi terminaba lo preparado. También recuerdo que un grupo me dijo que yo daba clases para un nivel mas alto y no para el medio superior, que muchas cosas no le entendían pero les daba miedo preguntar por mi actitud tan sobria que tenía; por otro lado, mis compañeros profesores salían tan confiados y contentos de clase y en cambio yo con un dolor de cabeza y a veces el sentirme incompetente; comentaba “Entre la docencia y mi profesión” que me daba pena decir que era docente, ahora reflexiono y quizá era el hecho del miedo que tenía e hiciera que me pareciera tan mal este trabajo.
También comparto con el autor que se aprende a ser profesor por ensayo y error, corrigiendo errores y apuntalando en lo positivo, que las experiencias nos dan sabiduría pasando por la libertad y llegar a la alegría; hoy por hoy aseguro que soy feliz impartiendo clases, que siempre estoy buscando que innovar y sorprenderlos; pero al reflexionar sobre mis inicios me inquieta saber si en verdad di lo mínimo necesario a mis alumnos, los cuales no tenían la culpa de que fuese novata.
No quisiera que se malinterpretara que estoy conforme con lo que soy, yo se que me falta conocer muchísimo sobre esta profesión, pero que ya logro divertirme y gozar es un hecho, que he aprendido que soy un servidor del aprendizaje y mis alumnos son mis mejores amigos.
Con respecto a la comunicación es indispensable este canal para realizar nuestro quehacer docente, hay que ser buenos receptores y trasmisores tanto de conocimiento como afectivo.
Quizá este en un error pero mi grupo es como mi familia, en la cual se tienen reglas, se pactan acuerdos, hay momentos tensos, conflictivos, de alegría pero estos sirven como experiencias para que se crezca intelectual, emocional y espiritualmente, quisiera que se realizaran como personas de bien antes de ser profesionistas.
Con respecto a los sinsabores de la docencia, creo que debemos seguir luchando por combatirlos aunque en algunas veces el proceso causa daño y malestar.
Ahora que iniciamos semestre es triste ver que hay compañeros que se resisten a la reforma educativa y quieren seguir con lo tradicional y para ponernos de acuerdo con secuencias didácticas es difícil.
Gracias nuevamente por ser parte de esta especialidad porque creo que es la primera vez que una lectura me ha divertido tanto, no tanto por ser divertida sino por los recuerdos que se desprendieron y las reflexiones que emanaron de ésta.
Sin más, espero verlos prontos y compartir este espacio.

Saludos, Martha Molina.

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